Nuestro buen amigo Xabier Graña nos ha enviado esta breve crónica de la actuación de Graham Parker ofreció en Londres el pasado día 26, un concierto en el que el maestro regresaba a la capital británica acompañado por The Rumour, con quienes ha grabado su esplendoroso nuevo disco, “Three chords good”.
Pasión de fan.
El empezar así creo que es ya una declaración de intenciones, y el ir a verlo a Londres, sin encargo alguno, la confirmación de que al que escribe “le gusta algo”, así que, objetividad, nula.
Vamos al grano; creo que lo que vimos fue una lección magistral, una lección que debería ser de obligado cumplimiento para todo músico que aspire a serlo por muchos años. Actitud, pasión, mucha clase, y cómo no, mucha profesionalidad. Alucinado estaba uno viéndolo con SU BANDA, disfrutando como enanos con lo que estaban haciendo. No es habitual ver en un concierto tanta relajación, naturalidad – todo parecía surgir si esfuerzo-, y perfección. También una magnifica lección de lo importantes que son los buenos secundarios, siempre en su papel, sin estridencias, arropando al jefe, haciendo que todo suene compacto, y a la vez, y cuando es posible, adornando y aportando su talento. Aquí, uno tiene debilidad por el “no estar” de Martin Belmont, con el que a mi parecer, marcó para siempre el sonido de los discos en los que participaron los Rumour.
Por otra parte, si Graham Parker vuelve a tocar con los Rumour, en su país, y después de treinta y cuatro años, como no podía ser de otra forma, la mayor parte del repertorio, trece o catorce canciones de las veintidós que cantó, fueron de su primera época, de la época con SU GRUPO. No faltó, para mi gusto, ninguno de los clásicos, Howlin Wind, Black Honey, Stupefaction, Local Girls, Don´t get excited… alguna más… y cómo no, Soul Shoes para cerrar, con lo que al menos Aitor “Soul Gestapo” y yo, acabamos flotando. También es verdad que el concierto podría haber tenido otras veintidós canciones diferentes, y también lo habríamos pasado cojonudamente. Es fácil en una discografía tan amplia y en la cual no hay ningún disco malo.