La mejor canción que debería haber estado en el “Aftermath” o el “Between the buttons” de los Rolling Stones no acabó en ningún disco de Jagger y los suyos, sino que fue la que dio entrada a los californianos Electric Prunes –banda de muy errática e irregular trayectoria- en la historia del rock and roll.
Seleccionada en el imprescindible recopilatorio “Nuggets” y recuperada por buena parte de las mejores bandas del revival garajero de los años ochenta, se trata de un clásico del rock psicodélico. Pero es que, además, en su día fue todo un éxito, alcanzando el número 11 en las listas americanas y el 49 en las británicas.
La canción fue escrita por la compositora Annette Tucker (a dúo con la letrista Nancie Mantz), que trabajó con otras bandas del género, como la Chocolate Watch Band, pero también con luminarias como Frank Sinatra, Sonny and Cher, Tom Jones o los Jackson Five.
Esta exquisita y formidable canción que combina una melodía totalmente pop con guiños lisérgicos y una guitarra infectada de fuzz, sirvió para apuntalar el rock psicodélico no ya como género alternativo, sino como fenómeno comercial.
by Pablo Carrero