Veamos:
El presidente de gobierno de un pequeño país europeo, amparado por sus votantes y su mayoría parlamentaria, decide llevar al límite su soberanía territorial y legislativa para adoptar cambios trascendentales en su marco jurídico. Unos cambios que chocan frontalmente con los intereses de la comunidad política a la que pertenece, la cual decide apoyar unas medidas excepcionales contra la soberanía del pequeño territorio. Unas medidas que provocan la detención de miembros del gobierno y la huida al exilio del legítimo presidente mientras sus aliados de la Unión Europea miran hacia otro lado…
¿Culo o codo?… ¿Se trata del recurrente argumento de un telediario español o del original argumento de una genial serie nórdica?…
Paralelismos aparte, OKKUPERT (Occupied en su título internacional en inglés) es otra excepcional serie nórdica a sumar al buen número de ellas que de manera constante nos vienen llegando en los últimos años. Por su temática, algunos quizás la pueden ver como una ficción distópica, pero en los tiempos que corren, donde se han hecho realidad situaciones que hace muy poco habríamos considerado distopías, yo la considero simplemente una serie de intriga política. A lo mejor política-ficción de momento para los noruegos, pero no tan ficticia si pensamos en países no muy lejanos donde la democracia y las libertades en poco tiempo están siendo reducidas de manera incluso más grave de lo que nos cuenta la serie.
La historia de OKKUPERT comienza cuando el gobierno de Noruega, en su lucha contra el cambio climático, pone en marcha fuentes limpias de energía que le permiten poder abandonar la explotación de combustibles fósiles. Como las continuas guerras en Oriente Medio han convertido la producción de los pozos noruegos en fundamentales para el abastecimiento europeo, la Unión Europea presiona por todos los medios para que continúen con la explotación. Ante la negativa noruega, la UE le pide a Rusia que tome por la fuerza el control de las plataformas petrolíferas noruegas. Con EEUU fuera de la OTAN por decisión propia y con su suministro energético asegurado, el gobierno de Noruega se encuentra sin apoyos ni defensa. Así, el poderoso gigante ruso inicia de facto una intervención de la soberanía nacional noruega. Para entendernos, algo así como la aplicación de su propio artículo 155…
A partir de ese planteamiento, la serie nos va contando la forma en que la situación de ocupación es encarada por los diversos jugadores: el gobierno, la defensa nacional, la delegación rusa, jueces, periodistas e incluso de los que se benefician económicamente de la masiva llegada de rusos a Noruega. Muy pronto el pacifismo y el deseo de diálogo del presidente va dando paso a una resistencia popular cada vez más violenta a la ocupación. ¿Terrorismo o legítima defensa?.
Hay que decir que el responsable de la idea original de la serie es Jo Nesbø, el aclamado escritor de novela negra y creado del detective Harry Hole. Seguramente el desarrollo en forma de adictivo thriller, muy en la línea de sus novelas, le deban bastante a él. Tras dos magníficas temporadas donde la serie ha ido poco a poco evolucionando hacia un punto, a mi juicio arriesgado con respecto al planteamiento inicial, solo queda esperar para ver hacia donde apunta en la tercera.
Como no quiero hacer más spoilers, solo puedo recomendar el visionado de la serie. En especial a todos aquellos preocupados por entender cómo en la Europa del siglo XXI varios millones de personas estamos viviendo una casi normalizada distopía.
joseluis garcés
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