Degustadores de sonidos clásicos, los miembros de Desconocidos empezaron tocando versiones de algunos de sus grupos favoritos de los tiempos de la nueva ola. Su repertorio se nutría de canciones de Nacha Pop, Mamá o Phil Seymour, aunque pronto fueron incorporando canciones propias, consolidando un sonido que bebe del pop de los sesenta y de la nueva ola, pero que acaba resultando ciertamente personal.
Todo un acierto, pues las composiciones de Carlos (autor de la gran mayoría de los temas) reflejan un talento y una sensibilidad ciertamente poco comunes en la escena nacional.
Herederos de maestros como Antonio Vega o, sobre todo, José María Granados, Desconocidos ofrecen una versión renovada y contemporánea del pop-rock guitarrero más clásico.