
Hay algo sobre el número once que siempre tiene su gracia. Estar más allá del diez es salirse de la clasificación (por arriba), que es precisamente lo que significa “cloud eleven”. Y quizá por ese motivo Rick Gallego, el nombre que se esconde detrás de este grupo como compositor, multi-instrumentista y productor, colocó las tres mejores canciones del disco precisamente en las posiciones nueve, diez y once. Un maestro del juego.
Así que hay que tener solo un poco de la confianza de los ojeadores de tu sello favorito para llegar hasta el cielo prometido en un viaje a través de temas psicodélicos nada desdeñables y ligeramente melancólicos como “Blue butterfly”, “Hey California” o “Liberty run”. Pero el paraíso en forma de nube de tormenta te espera cuando se escucha una genialidad desde el mismo título hasta su cuidado trabajo de guitarras como “Breathe the lighting”. Aún maravillado por las propiedades de una sustancia que te hace imaginar una canción sobre respirar un rayo y tarareando ese estribillo recubierto de Rickenbackers, resulta que el siguiente corte “A reply” es igual o mejor. Un tema que transporta a terrenos más esotéricos -fotografías del futuro y más viajes, en la anterior solo hay ojos que te observan desde el cielo- pero que se supera en armonías, coros etéreos, deliciosos pasajes subrayados con cuerdas y un perfecto final. Aún así, ni con tan grandes canciones se puede uno preparar para una joya del pop como “Rocket chair”, un compendio de estribillos, melodías, armonías y guitarras con gusto por el que pagarían una fortuna clásicos como los Byrds, Badfinger, Beach Boys o Beatles.
Una opera pop de menos de tres minutos digna de figurar en cualquier antología de melodías y guitarras que se preciara. Altamente adictiva -se avisa- puede meterse en tu cerebro durante meses. Como dice la canción se puede tocar el cielo sin despegarse de la mecedora. Con estos argumentos sonoros, y sin desdeñar la dedicatoria a George Harrison, Rock Indiana no pudo resistirse a hacer una reedición exclusiva del (aún ahora) difícilmente localizable disco original.
Fito Indiana