Excelente homenaje a la memoria de la grandiosa Arteha Franklin el estreno del documental AMAZING GRACE. Un homenaje devenido en fúnebre debido al veto de la propia cantante a su estreno en vida y que ahora han levantado sus herederos. Película cuestionable desde el punto de vista de la técnica cinematográfica, pero que seguramente quedará para la historia como hito y referente de los documentales musicales.
Lo que inicialmente, en 1972, iba a ser la filmación de la grabación en vivo en una iglesia baptista del primer álbum gospel de Aretha Franklin (digamos, adulta, porque sus primera grabaciones gospel fueron en su niñez) acabaría convirtiéndose en un proyecto bastante surrealista que ha tardado 47 años en ver la luz.
El llamativo acontecimiento de la vuelta a la música de sus orígenes de una de las reinas de las listas de éxitos pop del momento animó al director Sydney Pollack a involucrarse en la filmación del evento. Un director que había sido nominado al Oscar pero que aquí cometería errores técnicos imperdonables durante el rodaje que hicieron imposible montar la película. Lo que podría haber sido para Aretha Franklin la gran puerta de entrada al mundo del cine, acabó quedando en un montón de rollos de película mal claquetada en el trastero del señor Pollack. Afortunadamente, justo antes de morir en 2008, el director accedió a ceder esas cintas de su vergüenza al productor Alan Elliot que con las modernas técnicas pudo arreglar el desaguisado inicial para conseguir montar el film.
No sé si el resultado final de Alan Elliot que ahora podemos disfrutar está en línea con la idea inicial de Sydney Pollack, al que ya no le podemos preguntar. Pero desde un punto de vista puramente cinematográfico me llama la atención la aparente poca preparación de la puesta en escena para el rodaje. Desconozco las limitaciones impuestas por desarrollarse el rodaje en el interior de un templo, pero desde luego, la iluminación es lamentable y el horroroso interior de la iglesia, con una estética propia del salón de actos de un instituto de barrio, tampoco se intentó embellecer. Así, al comienzo de la cinta, cuando asistimos a los preparativos y momentos previos a la salida al escenario de los artistas, perece que estamos viendo la filmación casera de una representación de fin de curso. Afortunadamente esa sensación de cutrez dura exactamente hasta que empieza a sonar la música.
Con el Reverendo James Cleveland como maestro de ceremonias y su coro de gospel, The Southern California Community Choir acompañando junto con la propia banda de Aretha Franklin, ya desde la primera nota queda clara la presencia divina… de una diosa. La diosa del soul reconvertida para la ocasión en la diosa del gospel.
No hay palabras para describir la emoción que transmite Aretha cuando canta estas canciones de amor a su dios. Con la humilde actitud de una devota en el momento de la oración, de pie y prácticamente sin moverse tras un pequeño púlpito, irradia con su voz una colosal energía que le hace sudar a chorros ya desde la primera canción (impagable el momento en que su padre se acerca a secarle el sudor con un pañuelo…). Las imágenes, algo deslabazadas en el montaje, van mostrando las caras de asombro y la emoción de asistentes y participantes que cada uno externaliza a su manera (lágrimas, espasmos, bailes…). Esta agitación emocional arrastra también al propio reverendo Cleveland que en un momento dado incluso tiene que dejar de tocar el piano para abandonarse al llanto.
En el momento de escribir estas líneas, AMAZING GRACE se acaba de estrenar en cines, lo cual es una oportunidad única para disfrutarla en una pantalla grande y con buen sonido. Conozco pocas filmaciones de conciertos que consigan transmitir de verdad la fuerza de la música. Y no recuerdo ninguna que lo haga de manera tan continuada durante casi hora y media.
Aunque mi sentido visual pueda echar de menos una puesta en escena más acorde con la trascendencia del evento, agradeceré eternamente a Alan Elliot haber podido ser testigo, casi cincuenta años después, de un momento memorable en la historia músical del siglo XX, que mal que le pese a algunos, es básicamente la historia de la música negra.
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