Si me preguntan si DIETLAND es una gran serie, la verdad es que me costaría calificarla como tal. No puedo situarla al nivel de las que yo considero mis series top, pero como no solo hay que alimentarse de grandes manjares, mi recomendación es que no te la debes perder.
DIETLAND (AMC, 2018) es una serie que en forma más o menos de comedia, se dedica a tocar bastantes temas sobre la tiranía del papel impuesto a la mujer en la sociedad actual. Temas, muchos de ellos, demasiado aceptados por la mayoría de las mujeres: el suplicio por ajustar su aspecto físico a cánones de belleza y formas de vestir impuestas, la sumisión del comportamiento, el sometimiento sexual, la subordinación en sus roles laborales y sociales… Y otros aún más graves, como la violencia y los abusos de toda índole. Asuntos muy serios que aunque sean tratados con un sentido del humor bastante gamberro, deberían ayudar a sacudir conciencias.
En unos tiempos donde hasta a los más retrógrados sostenedores de nuestra sociedad clasista y patriarcal se les llena la boca apoyando el feminismo, casi todo el mundo está de acuerdo con las demandas de igualdad de las mujeres. Y mientras esas demandas se limiten a pedir, todos conformes. La caridad se inventó hace años para que los poderosos contentaran a los pobres si renunciar a casi nada. Pero ¿qué pasa si algunos movimientos feministas deciden pasar a la acción violenta y convertirse en lo que el poder llama terrorismo?. Esta es una de las subtramas de DIETLAND y que ha generado ríos de tinta (no sé si en tiempos digitales esta expresión sigue teniendo vigencia…) por ese tratamiento políticamente incorrecto del feminismo y que precisamente para mí es una de las cosas más divertidas de la serie.
DIETLAND es una serie básicamente de mujeres y atesora un excepcional elenco femenino donde destacan sus dos grandes protagonistas: Joy Nash, en su primer papel principal dando vida a la encantadora Plum Kettle, una joven marginada y acomplejada por su sobrepeso y la más conocida Julianna Margulies, en un papel de villana casi paródico del que la lanzó al estrellato como Alicia Florrick en ‘The Good Wife’. Ambas fantásticas en sus muy diferentes papeles y que solamente por disfrutar de ellas ya merece la pena acercarse a la serie.
Justo tras acabar su primera temporada, me acabo de enterar que la cadena AMC ha decidido cancelar la serie. En realidad tampoco me importa demasiado porque las tramas estaban ya entrando en unos derroteros con pinta de hacer difícil apuntar muchas más cosas interesantes de las ya apuntadas en esta primera y parece que única temporada. Así DIETLAND quedará como una miniserie (seguramente de culto…) de 10 episodios que ha puesto sobre la mesa problemas muy serios con un tratamiento a base de humor pendenciero que no debería camuflar el interés de muchas de las ideas apuntadas. Porque igual la violencia extrema no es la mejor solución, pero la historia ha demostrado que el poder no se regala: se pierde o se gana, pero siempre peleando por él. Y, amigas mías, los derechos ni se ruegan ni se negocian.
joseluis garcés
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