Creo que pocos dudarían en ubicar la novela negra más “clásica” en los años 30 y 40, en Estados Unidos y con un detective privado como protagonista (posiblemente un incorruptible cínico bebedor y fumador en exceso…). El escocés Philip Kerr, sin embargo decidió en 1989 iniciar una serie de novelas de género negro clásico situadas en aquella época, pero en una zona algo más conflictiva: el Berlín de la época nazi. Así creó a su detective Bernie Gunther (por supuesto un incorruptible cínico bebedor y fumador en exceso), que ejerce su profesión en la capital del tercer reich.
La primera novela, VIOLETAS DE MARZO (March Violets, 1989) nos sitúa a Bernie Gunther en Berlín en 1936, en vísperas de los Juegos Olímpicos, ejerciendo como detective privado tras abandonar la policía. Un tipo al que no le gustan los nazis, pero que como tantos otros, sigue la corriente para evitar problemas utilizando simplemente su ironía como arma. Su principal negocio es la búsqueda de personas desaparecidas, especialmente judíos, algo con bastante demanda en el Berlín nazi, aunque poco lucrativo. Cuando por fín le llega un cliente millonario, su caso se complicará en una escalada de violencia y crueldad que llegará hasta las más altas esferas del régimen.
La segunda novela, PÁLIDO CRIMINAL (The Pale Criminal, 1990), arranca en 1938 donde Gunther es forzado por las SS a reingresar en la policía para capturar a un asesino en serie, ya que era su especialidad cuando estaba en el cuerpo. Un caso que alimentará “la noche de los cristales rotos” en contra de los judíos y le conducirá al centro de las luchas de poder dentro del partido nazi, llegando a involucrar a personajes como Reinhard Heydrich, la mano derecha de Himmler en las SS e incluso al primer ministro Hermann Goering.
Y es que esta es una de las señas de identidad de las novelas: su aparentemente cuidada ambientación histórica para la que Philip Kerr aporta muchísimos detalles (a veces en exceso) para describirnos un Berlín en decadencia y con amplia presencia de personajes históricos en la trama.
La tercera novela, es la más triste y quizás la mejor para mí, REQUIEM ALEMÁN (A German Requiem, 1991). Se sitúa justo al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1947. Aquí Bernie Gunther tras la dureza de una guerra que le llevó a acabar como prisionero en un campo de concentración soviético por su involuntaria adscripción a las SS, ahora sobrevive como puede en un Berlín ocupado donde la mayoría de la población pasa hambre y frío. Su ironía y arrogancia aquí se han transformado en una indisimulada tristeza. No es para menos: hasta su mujer debe prostituirse con los soldados americanos para sobrevivir. En esta tesitura, acepta un caso que le llevará a Viena, otra ciudad ocupada cuya situación no es muy diferente a la de Berlín y donde rusos y americanos intentarán utilizarle en pos de sus intereses. Allí además se las verá con una poderosa organización de antiguos mandatarios nazis camuflados.
Las tres novelas se pueden considerar clásicas y casi estereotipadas novelas negras con detective. Un personaje que podría ser el alter-ego de Philip Marlowe. En ese sentido, lo que las hace excepcionales es su ambientación. Esa mezcla de novela policíaca e historias de nazis que a algunos les puede chirriar, pero a mí al menos me ha resultado interesante, adictiva y entretenida.
15 años después, en 2006, Phlip Kerr retomaría al personaje de Bernard Gunther para otra media docena de novelas que han continuado la saga iniciada en esta recomendable trilogía inicial.
Y para terminar, no puedo dejar de mencionar que hace algún tiempo surgió la noticia de que la HBO había comprado los derechos para su adaptación a serie televisiva. No sé como anda el tema, pero se me hace la boca agua de pensar lo que podrían hacer los productores de Boardwalk Empire con el material de las novelas de Philip Kerr.
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