Desde que conocí al británico John Simm en el papel del detective Sam Tyler en la primera interpretación que veía de él en la ya famosa serie “Life on Mars”, no pude evitar que se me hiciera un tipo entrañable y cercano debido entre otras cosas, a su particular parecido físico (quizás no lo sea tanto, pero por alguna razón a mí me lo parece) con un conocido cantante y compositor madrileño que además es buen amigo y que responde a las iniciales JDT…
Obviamente todo lo anterior tiene poco que ver con el interés de la serie para alguien que no sea yo mismo, pero esa pequeña broma privada en los parecidos, hace que cada nueva serie que protagoniza John Simm tenga para mí un interés especial… Y es esa tontería la que hizo que me fijara en una mini serie que la BBC emitió el pasado año y que se llamaba EXILE. Nada más buscar algo de información sobre la misma, un segundo nombre resaltó para mí en sus créditos incluso por encima del de John Simm, el de su creador, productor y guionista Paul Abbott. Es lo que tiene leer…
De Paul Abbott había visto una mini serie de hace unos años llamada “State of play” (también interpretada por “mi amigo” John Simm) de la que después se hizo un remake hollywoodiense en cine y sobre todo, la magistral serie “Shameless” (la original británica, cuyas primeras temporadas especialmente, son grandiosas). Tengo como asignatura pendiente el visionado de los trabajos anteriores de Paul Abbott, pero no es fácil encontrar subtítulos para sus series más antiguas…). En cualquier caso, una serie con esos créditos y producida por la BBC, no podía fallar. Y efectivamente no falló.
Exile es una mini-serie sencillamente estupenda. No merece la pena incidir en el trabajo de los actores porque hablamos de la BBC y sería como empezar la crónica de un partido del Barça hablando de la calidad de los jugadores: están ahí haciendo sencillo lo extraordinario. Lo diferencial está en el partido. Y este es un partido de los intensos. Son 3 episodios que narran un drama familiar entre padre e hijo, donde paradójicamente el Alzheimer, el gran enemigo de la memoria, sirve en este caso como detonante para sacar a la luz ciertos hechos tenebrosos de un pasado que parecía olvidado. Un auténtico retorno al pasado para sacar del armario algunos fantasmas y hacer asomar la tragedia al presente…
Lo dicho: recomendabilísima.
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