Cuando el hecho de que en la música pop está todo inventado parece una evidencia cada vez más rotunda, resulta enormemente reconfortante encontrarse con grupos como los franceses Sweet Apple Pie. Un grupo especial por varios motivos, pero, sobre todo, por su capacidad para acumular influencias tan diversas como exquisitas y plasmarlas en canciones de poderosa personalidad, de certera pegada, de contagioso magnetismo.