Nada menos que cinco décadas han pasado desde que los Beatles editaron “Please, please me”, un disco endiabladamente bueno que no era sino el comienzo de una carrera inigualablemente brillante. En Rock Indiana hemos querido acordarnos una vez más de los Fab Four y hemos pedido a unos cuantos de nuestros amigos músicos y musiqueros que nos cuenten sus impresiones, recuerdos o anécdotas sobre algunas de sus canciones favoritas del cuarteto.
Adolfo García (The Feedbacks)
Any time at all (A hard day´s night, 1964)
Podría ser cualquiera de las 336 canciones compuestas por los fab4, pero «Any time at all» trasmite en sus poco más de dos minutos todo lo que me hace perder la cabeza por el pop. Para empezar, el golpe de caja y la voz de John en primer plano. Con el estribillo, ya de primeras para comenzar la canción, te avisa de que lo que vas a oír, es un clásico instantáneo, una declaración de principio para hacer saber a tu chica (gritando, como dice Lennon) que estás disponible para ella 8 days a week.
Con un estribillo grandioso, de los que se merecen ir por delante de la primera estrofa (eso es marca de la casa, solo al alcance de muy pocas canciones) está inspirada, según John en «It won´t be long», pero para mí supera claramente a la obra maestra que abre «With the Beatles».
La leyenda cuenta que en el segundo «Any time…» de cada estribillo es Paul quien hace la voz principal ya que John llegaba justito al tono. Da lo mismo, yo soy de John, es mi Beatle… aunque yo no sea muy original y en las pelis de modernos todos sean de Ringo.
«Any time…» abre la segunda cara de «A Hard Day´s Night», y precisamente de los discos que contienen estas dos canciones y de sus ediciones originales mono de Parlophone y ese sonido apabullante, hablaba el domingo pasado con unos amigos en un mercadillo mientras tenía en las manos el «With the beatles» y dudaba si mi bolsillo se resistiría o no a llevarlo al salón de mi casa…
Creo que alguien comento: «¡¡qué bien suenan esos discos de Parlophone («A Hard day´s…» y «With the…»)!! Parece que tienes a los Beatles tocando en el salón de tu casa».
Cincuenta años y muchos compresores y «autotunes» después, NADIE suena así… que siga la magia.
Bryan Estepa
Do you want to know a secret (Please, please me, 1963)
Creo que es la primera canción en la que George es la voz principal en un disco de los Beatles, y ¡qué gran canción para empezar! Me encanta la progresión de acordes de guitarra de esta canción y frecuentemente me veo tocando esos acordes cada vez que pruebo una nueva guitarra. Es una preciosa y sencilla canción en muchos sentidos, apenas dura dos minutos y todas esas son razones por las que me encantan los primeros discos de los Beatles. Amor a primera escucha.
José Esteban Martínez (Octubre)
I Should Have Known Better (A Hard day´s night, 1964)
¡Una única canción! ¡De los Beatles! ¡Pero si son todas una obra maestra! Así que descartado elegirla por su calidad. No podría elegir solo una.
También descarto elegirla por ser la que más me emociona o más me gusta. Cuando eligiera una me vendría otra a la cabeza que me gustaría más y así hasta pensar en cada una de sus canciones.
Mi única opción es elegirla por el orden en el que me impactaron. Por ello mi canción elegida es “I Should Have Known Better”.
Recuerdo tener 6 ó 7 años. Mi padre era fan de los Beatles y ponía sus discos día tras día desde que nací. Pues bien, mi canción favorita de aquel momento era esta. Mi primera canción pop favorita de mi vida.
Lo que más recuerdo es ir al colegio silbando esa armónica del principio y cantando las estrofas en spanglish puesto que no sabía nada de inglés. Pero, curiosamente, el cambio que tiene la canción a mi menor hasta volver al estribillo, me lo sabía palabra por palabra sin saber lo que significaba. Hoy todavía pienso que esa parte de la canción es una maravilla de amplitud melódica inigualable.
Después de eso, lo que he hecho ha sido hacerme mayor y tener más conocimiento de los Beatles, de sus canciones, de sus discos, de sus movidas, de su significado…, pero nunca olvidaré esa primera canción que canté de ellos, andando, sonriendo, yendo al colegio.
Tony Sáez (Lukah Boo / The Happy Losers)
Getting Better (Sgt Pepper´s Lonely Hearts Club Band, 1967)
Decir que uno aprendió a tocar la guitarra con las canciones de los Beatles no es ser demasiado original pero es así. Durante años hubo en mi habitación un libro fotocopiado con todas las canciones de los de Liverpool, decoradas con unos supuestos acordes para guitarra que, como tiempo después descubriría, no tenían nada que ver con los que Harrison, Lennon y McCartney inventaron. Por aquella primera guitarra destartalada pasaron cientos de veces todas aquellas canciones pero también llego un día en el que uno tuvo la oportunidad de estar rodeado de músicos de verdad y por supuesto quise repetir esas mismas melodías con las que había crecido. Hacer una versión del grupo más escuchado, estudiado y tocado de la historia es algo tan difícil como realmente osado, pero al final todos caemos. Lo he hecho varias veces después pero tengo la espina clavada de no haber tocado nunca Getting Better. No es mi canción favorita (sí una de mis preferidas de Sargent Pepper ) pero para mí representa la frustración del saber que no puedes. La canción es de una aparente simpleza que no es tal. Y ahí radica probablemente la gracia del asunto. En eso y ese estribillo celestial que sobre un colorido ritmo Motown se empastan las angelicales voces de los ingleses. Una batería rara que entre y sale mientras se alinea con un envolvente bajo que, como pasa frecuentemente con McCartney, parece pertenecer a otra canción. Y luego ese acorde que se repite sin repetirse. Ese maldito acorde que se modifica de forma imposible siguiendo una línea mágica hasta variar elegantemente a otra cosa sin que te des cuenta. La de veces que habré intentado hacer lo mismo. Tan fácil. Tan difícil. Supongo que es una canción posible de repetir milimétricamente pero imposible de hacer de otra forma sin asumir que estás perdiendo el tiempo.
Jero Romero (ex The Sunday Drivers)
There´s a place (Please, please me, 1963)
Escribir sobre esta canción (o casi sobre cualquier otra de los Beatles) y poner el acento en cosas muy técnicas o aspectos muy musicales sería mentir. Son análisis hechos después de adorarlos. Mi devoción era irracional. Con los Beatles, todo era porque sí. A aquella edad no tenía esa capacidad de análisis, gracias a dios. Me compré un libro con todo su cancionero y me aprendí todas de memoria, letras y acordes incluidos. Tendría 14 años. «There´s a place» la recuerdo por el siguiente motivo: no la podía cantar. Nunca sabía qué voz de la armonía elegir. Casi toda la canción está cantada a dos voces, no hay una principal clara, y en mis ensayos privados pasaba de una a otra sin orden ni concierto. Aquello era un desastre. Ya en la entrada, en «The-e-e-e-ere», dudaba. Y desafinaba como jamás nadie lo ha hecho. Además, en mi parte favorita, el puente o middle 8 o quizás estribillo o como se quiera llamar, nunca llegaba al falsete. Por eso la recuerdo tan nítidamente: porque la odiaba. No poder imitarlos fue el primer paso para adorarlos aún más, supongo.
Henrik Irgens (Farrah)
We Can Work It Out (1965)
Un montón de canciones de los Beatles tienen un sitio y una historia en mi mundo. Simplemente, son así de buenas, y “We can work it out” es una de ellas.
Recuerdo que cuando cumplí los 16 años leí que Macca venía a Dinamarca; iba a tocar en el teatro The Falkoner de Copenague el 24 de julio del 91, como parte de una serie de conciertos “secretos” para promocionar su disco “Unplugged”. Iba a ser mi primer concierto de McCartney, y no hace falta decir que estaba más que ilusionado. Compré entradas para varios amigos, incluyendo mi novia de entonces. Llegó el día y la verdad es que recuerdo muy poco, pero sí me acuerdo de ella y yo compartiendo un momento muy especial. Después de las vacaciones de verano (segunda semana de agosto en Dinamarca) ella se iba a Estados Unidos para el curso siguiente, de modo que nuestra primera relación “en serio” estaba condenada a terminar. Ahora suena terriblemente ingenuo, pero pensábamos que no íbamos a poder superarlo, mientras Paul cantaba ‘… knowing that our love may soon be gone…. or say goodnight, we can work it out‘. La respuesta life is very short and there’s no time… no hizo sino empeorar las cosas, y nos quedamos allí abrazados llorando. Allí estaba todo: la emoción, el sentimiento de pérdida, la incertidumbre, sabiendo que nuestro amor no podría sobrevivir todo un año de nuestras jóvenes vidas.
Carlos Carrero (Desconocidos)
Girl (Rubber Soul, 1965)
Debía yo contar con doce o trece años cuando, por sugerencia de mi madre, me hice con la cinta del doble rojo de los Beatles, un grupo absolutamente desconocido para mí, o al menos eso creía yo…. Y es que con la primera audición viajé a través del tiempo y pasé en una décima de segundo de la adolescencia a la infancia más temprana, experimentando una serie de emociones que parecían despertar después de un largo letargo. Tenía la sensación de haber escuchado esas canciones incluso antes de haber nacido. Recuerdo que uno de los temas que más me gustaba era “Girl”, la voz melancólica de Lennon, esos coros gamberros diciendo teta, teta, teta, aquellas inspiraciones (recurso que también utilizaría en “Happines is a warm gun”) que parecían estar esnifando el micrófono, los arreglos de guitarra incitándote a bailar un sirtaki…
Era una canción que, sin ser de mis preferidas (hoy por hoy sigo intentando saber cuáles son mis canciones preferidas de los Beatles), me transmitía mucha calma, y aún lo sigue haciendo. Cuando quiero estar lejos de todo durante dos minutos y medio no tengo más que escuchar “Girl”.