Habitualmente suelo sentir cierta animadversión hacia los best-sellers, ese puñado de libros omnipresentes que parecen ser los únicos que existen (igual mucha gente piensa que es así y por eso se convierten precisamente en best-sellers…). Obviamente, esto no deja de ser más que un prejuicio ya que no puedo juzgar la calidad de unos libros que no he leido, pero vamos, cuando entre ellos suelen aparecer autores tan reputados como presentadores de telebasura, ex-novias poligoneras de toreros, futbolistas que no saben conjugar el participio de los verbos y políticos que son capaces de negar que hay viento en medio de un huracán, pues como que se refrendan mis prejuicios…
Bueno, en cualquier caso, me ha surgido esta tonta reflexión porque el primer contacto que tuve con el libro que nos ocupa hoy, fue al verlo en uno de esos enormes anuncios que llevan los autobuses en sus laterales. Así, siguiendo firmemente mis prejuicios, pasaba a quedar encuadrado para mí entre esos selectos best-sellers carentes de interés. Pero si alguna vez (no es la primera ni será la última) que mis prejuicios hayan podido quedar en evidencia han sido con esta novela. Prejuicios que afortunadamente decidí saltarme tras la apasionada recomendación de alguien en cuyo criterio confiaba plenamente.
Y es que PERDIDA (Gone girl, 2012) de Gillian Flynn es una novela estupenda. Se puede encuadrar dentro del género negro, con un formato de sorprendente thriller lleno de giros y también de abundantes trucos derivados de la interesante narración en primera persona llevada por dos personajes diferentes. La historia comienza con la misteriosa desaparición de una mujer de su domicilio con aparentes signos de violencia que hacen recaer sospechas sobre su marido. Este punto de partida sirve a la autora para contar la oscura historia de amor y desamor de una pareja, sus conflictos y las circunstancias internas o externas que llevan a un matrimonio a un aparente punto de no retorno.
PERDIDA es la tercera novela de Gillian Flynn a la que frecuentemente se compara con la gran Patricia Highsmith y la verdad es que sin haber leido sus anteriores obras, al menos por esta, la comparativa no parece demasiado desencaminada.
Atrévete a saltarte tus posibles prejucios y no te pierdas una novela extraordinariamente adictiva que te engancha desde el principio a través de una violenta deconstrucción de la vida en pareja donde igual descubres muchos más ingredientes de los que imaginas.
joseluis garcés