Cuando el talento se evidencia en cada acorde y cada arreglo, cuando la sensibilidad y el buen gusto mandan, cuando la personalidad arrasa… entonces resulta enormemente gratificante encontrarse con un grupo que enarbola la bandera del pop más clásico e imperecedero, aquel en el que coinciden, por ejemplo, Gene Clark, Lennon y McCartney, Ray Davies o Buffalo Springfield.
Mucho de esto hay en el debut de The Shannons, una banda ciertamente especial que es en realidad la reunión de un grupo de músicos amigos en torno a la figura, la voz y las canciones de Eduardo Orbézua, un joven bilbaíno cuya relación con la música se había limitado hasta ahora a la organización de conciertos, y, desde luego, a su condición de fan a ultranza.