The Power POP label
Los sellos independientes no eran un fenómeno nuevo en la Inglaterra de 1977, pero la irrupción de punk, con la consiguiente aparición de un buen montón de nuevas bandas, propició el surgimiento de una nueva camada de modestas -y no tan modestas- discográficas que actuaban con criterios propios, al margen de los cánones multinacionales, contribuyendo decisivamente a propiciar toda una auténtica edad de oro para la música independiente…
THE ORVILLE (FOX, 2017), el gamberrete homenaje que Seth MacFarlane ha conseguido hacer a su (nuestra) serie favorita, es posiblemente, a pesar de cualquier prejuicio, lo más parecido (en forma y espíritu) que se ha hecho a la serie original de Star Trek en los últimos años. Sin tener oficialmente nada que ver con la franquicia, desde luego es mucho más «Star Trek» que la reciente Discovery…
Seth MacFarlane es un polifacético personaje (actor, cantante, doblador, guionista, director, productor…) conocido sobre todo por ser el creador de algunas exitosas series de animación para adultos como Padre de Familia o American Dad; algo que además de mucho dinero, le ha dado la fama y el prestigio necesarios para que una poderosa cadena como la FOX le haya financiado su capricho de realizar este homenaje en un tono de comedia gamberra a la serie de referencia de la ciencia ficción…
Hace ya muchos años que Graham Parker está muy lejos de avistar siquiera la parte baja de las listas de éxitos, pero todos los buenos aficionados a la música pop saben bien que eso tiene muy poco que ver con que la música que hace un artista sea buena o mala. La de Parker sigue siendo espléndida. No, quizá, a la altura de sus grandes clásicos de finales de los años 70 y principios de los 80, pero siempre cálida, honesta y reconfortante.
Recientemente se ha publicado “Cloud Symbols”, en el que ya no está, como en los inmediatamente anteriores, The Rumour como banda de acompañamiento, aunque sí se mantiene al frente de los Goldtops (el nombre de su nuevo grupo) su formidable guitarrista Martin Belmont, compañero de fatigas de Parker desde sus primeros tiempos. También está, por cierto, el exquisito teclista Geraint Walkins, a quien muchos conocimos por su trabajo en algunos de los maravillosos discos recientes de Nick Lowe y que tiene también estupendos discos en solitario.
Sorprendentes y algo preocupantes similitudes entre las dos últimas miniseries que he podido ver de la HBO. Sorprendentes por su aparente alejamiento: una es americana pero la otra está producida en la República Checa por la rama centro-europea de la cadena conocida como HBO Europe. Y preocupantes porque algunas de esas similitudes parecen formar parte del nuevo libro de estilo que la cadena viene aplicando a sus series de corte policial desde True Detective. Un estilo caracterizado por un parsimonioso ritmo narrativo para unas historias bastante deprimentes y con personajes rebosantes de tristeza. Series que se pueden catalogar de todo menos de divertidas. En un símil musical, la HBO parece haber abandonado el rock’n’roll para abrazar el indie más triste y atormentado.
“Starry Eyes” es una de esas canciones que valen por toda una carrera. Felizmente, los Records hicieron un buen puñado de estupendas canciones. Pop típicamente nuevaolero con sus raíces bien hondas en lo mejor del pop británico de los sesenta que plasmaron en tres álbumes seguramente no perfectos pero sí muy recomendables en su conjunto. Pero es que “Starry Eyes”, ella solita, es todo un monumento, un clásico inmarcesible de su época y del pop de todos los tiempos; la canción, en fin, por la que John Wicks merece un huevo bien acomodado en la historia de la cosa.